Incluso la comida, por eso en China y Japón tienen rollitos y no grandes empanadas como en Galicia. Pues hasta en eso son diferentes, muy diferentes. Hoy me he tragado un documental de un cocinero inglés que se iba a Japón a aprender cocina japonesa en siete días para hacer un banquete al embajador de Japón en Londres. ¡Coño que salto del fish&chips al shushi! Del pescado en fritanga al crudo. La cuestión es que el colega se vuelve a inglaterra y salva el culo gracias a los dos cocineros japoneses (pequeñitos ellos) que estaban en la cocina del embajador. Eso sí el pescado crudo no faltaba, vaya por dios en Inglaterra no tienen psicosis con el anisakis.
Lo veis, hasta los gusanitos japoneses son pequeñitos. Pero para pequeñitos los bonsais. Soy aficionado a este arte desde hace unos años pero a estos extremos no llego, son auténticas maravillas de la miniaturización japonesa.
Para quien le interese el de la arriba tiene 4.5 cms y el otro pues... ya veis. Son un arce palmado japonés y una piracanta o espino de fuego. Hay que reconocerselo, para vivir tanta gente justa en un país no demasiado grande prestan muchísima atención al detalle. Saludos
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