viernes, 24 de agosto de 2007

Wanted!

Un pequeño desvarío más, coger la lista de los más buscados en España a través del Google y a partir de aquí hacer un pequeño ejercicio de redacción al más puro estilo "humor negro" como me decía una profesora del instituto. ¿Pobrecica, qué sería de ella?
Pues ni lo se ni me importa demasiado, pero os animo a que realicéis este pequeño ejercicio en vuestras casas y lo pongáis en comentarios, a modo de pequeño concurso, el que gane se lleva un cd de Musiquilla Bizarra Volumen I y II. A ver si así os animo a comentar pedazos de sosos que sois todos. He aquí la lista:

01 - Marca

02 - Páginas Amarillas

03 - Infojobs

04 - El Mundo

05 - Emule

06 - RBD

07 - Ikea

08 - Gran Hermano

09 - Iberia

10 - Renfe

11 - La Caixa

12 - Segundamano

13 - Traductor

14 - Telecinco

15 - El Corte Inglés


La entrada estaba custodiada por un felpudo estilo Ikea que rezaba "bienvenido a la república esclavista de tu trabajo", así daba gusto empezar un nuevo empleo. El mundo está lleno de empleos de mierda, pero ¿por qué me ha tocado a mí terminar de limpiador en una oficina de La Caixa? Todo el día rodeado de gente con dinero, pero a mi no me dan ni paga extra por Navidades. Dejadme que os cuente como un actor como yo, conocido por haber actuado en series como El vuelo del Águila y RBD ha acabado en este cutre trabajo.
Cuando llegue a la mayoría de edad y pude disponer del dinero que había ganado en la adolescencia como actor en las series citadas y otros espectáculos juveniles allá en México me dediqué a fundir mis ganancias comprando autos veloces y ropa de marca. Por aquel entonces mis papas ya no podían controlar lo que hiciera así que acudía a los platos de la televisión a programas rosas a pesar de que me habían educado en contra de los mismos. Pero pagaban bien.
De ahí que, en contacto con los productores de cierta cadena me enchufaron dentro de un programa llamado !Ay manito¡, algo así como el Gran Hermano español. Dentro del programa sucedió lo que desde fuera fue visto como un pequeño escándalo sexual. Simplemente me enamoré de una de las ovejitas que teníamos a nuestro cuidado. En mi defensa alegaré siempre que es una criatura del señor al igual que nosotros y es tan suave y sedosa... bien podría ser la chica Pantene.
Volviendo a mi historia, los productores cancelaron ese vídeo que, según me dijeron después solo se había emitido en el canal 24h de ¡Ay manito! a altas horas de la madrugada y suponían que nadie lo habría visto puesto que es un canal interactivo donde cada usuario elige que cámara desea ver y a esas horas nadie suele elegir la cámara de la granja. Pero no solo lo estaban viendo sino que alguien consiguió grabarlo y subirlo a internet. Horas después era el vídeo más buscado y descargado del Emule y el más visto en Youtube.
Me echaron inmediatamente del programa lo que causó que mi fama aumentara, fui de plató en plató contando mi historia e incluso fui llamado desde España por Telecinco que querían que participase en Dolce Vita. Total que compré por internet unos billetes para España en Business Class de Iberia que me costaron unos 91600 pesos y que terminaron siendo mi perdición.
De camino al aeropuerto Juárez de México D.F, empezaron mis problemas pues me tocó un taxita pakistaní que recién había llegado a México y no hablaba ni papa de español. Observé que me miraba con reticencia una y otra vez por el retrovisor y advertí que estaba llevándome por otro camino. Me mosquee, pero con mi mal manejo del inglés y su excaso español no sabía si podría entenderme con él. Comencé a mirar por la ventanilla y escuche que llamaba por teléfono a alguien y hablaba en un idioma desconocido para mi. Cinco minutos después el taxi se detenía bruscamente en frente de la típica puerta trasera de un edificio, con sus contenedores de basura al lado. De la puerta salieron dos tipos con largas barbas y turbante y entre ellos y el taxista me inmovilizaron y amordazaron.
En volandas entre por la puerta trasera a un cuartucho maloliente donde me depositaron en el suelo. Cerraron la puerta y se quedó todo a oscuras hasta que uno de los individuos encendió la luz. Me encontraba tirado en lo que parecían unos baños públicos, en el suelo de unos baños públicos, el lugar más impensado para una estrella de mi categoría. Me levantaron de nuevo y me llevaron a través de un pasillo hasta otra sala mucho más iluminada de forma cuadrada. Allí me tiraron de nuevo al suelo delante de un señor más viejo, con la barba más larga y blanca que yo haya visto jamás que parecía ser el que dirigía el cotarro. El viejo se dirigió a mi en inglés a lo que yo respondí negando con la cabeza. Dijo algo y uno de los esbirros comenzó a actuar como traductor. Me hablaron del libro Tahrirolvasyleh, en el que Ayatolá Ruhollah Jomeini aprueba el sexo con animales bajo unas ciertas condiciones y de que ellos me comprendían, que las ovejas eran tan suaves. A continuación me dijeron que no tuviera miedo, que me iban a soltar y que no intentase escapar.
En cuanto me desamordazaron pregunté donde me hallaba y me respondieron que en un restaurante pakistaní. Me ofrecieron un poco de falafel y/o kebab o, si lo prefería, un menú con patatas y cocacola. Les pedí que me desataran las manos y me dejasen echar un vistazo a la carta. Mientras uno de los pakis me soltaba otro me trajo un meno de páginas amarillas con manchones variados. Pedí kebab de pollo, sin cebolla, extra de salsa de yogourt con patatas fritas y una cocacola. Cuando al rato me di cuenta de que me traían una pepsi les pregunte si podrían mejor traerme un seven up. Me dejaron comer en silencio y cuando estaba limpiándome los labios el jefazo me comento la posibilidad de pasarme a su religión, de forma que podría vivir libremente mi sexualidad sin temor a verme juzgado a mal en el juicio final puesto que en el Corán no se describe la zoofilia, ni de forma buena ni mala. Todo esto me lo decía de forma suave, pero directa y sin posibilidad de negación. Era bastante convincente el jodido. Parecía que o bien aceptaba o no me podría ir, a cambio de mi libertad me pedían tan solo mi alma y hiciera publicidad sobre su restaurante en los programas de la tele. Estuve tres días en aquella situación, no me gusta ser un pelele de la publicidad, hasta que al final sucumbí y tras pasar por una extrañísima ceremonia terminé convirtiéndome a su religión, pensamiento, corriente... como queráis llamarlo. Por fin, de nuevo me encontraba libre.
Llame al aeropuerto, a ver si acaso el vuelo de Iberia se había retrasado estos tres días, no sería la primera vez, pero no tuve suerte. Después de 4 horas al teléfono sin poder cambiar mis billetes me presenté en las oficinas de Iberia con el típico usted no sabe quien soy yo, todo esto vestido con las ropas que los pakis me habían dado para la ceremonia. Resultó que la chica sí sabia quien era yo, el pervertido de las ovejas, y al verme de esa guisa reclamando unos billetes carísimos pensó que era una cámara oculta. Finalmente tras otras dos horas y desnudarme allí delante suya para que viera que no llevaba cámara ninguna, ni siquiera en el turbante, la señorita cursó mi solicitud de anulación. Biiiip. Eso fue lo que le dijo el ordenador, un bip maligno que no presagiaba nada bueno. En efecto no se podían cancelar los billetes, ni cambiarlos ni nada por el estilo. Por cambiar solo el de vuelta no me daban ni siquiera la mitad de su importe. Finalmente claudiqué de nuevo ese día y compré unos billetes nuevos.
Cuando por fin llegue a Madrid, dos días después me dijeron los de Telecinco que me tenía que ir a Barcelona, que es donde se grababa el programa. Al día suiguiente cogí fui a la estación central de Renfe donde tenía que coger un tren hasta Barcelona. Allí, para entretenerme mientras esperaba me cogí un Segundamano, y estaba lo pasé en grande leyendo los anuncios de mascotas. Una vez en el tren cuando venía el revisor me di cuenta de que, mientras estaba leyendo, me habían robado la cartera con toda la documentación, tarjetas, dinero y el billete del tren.
Otro problema, vaya racha llevaba, y encima como la tarjeta era la nueva visa llevaba un papelito con el número secreto, nunca había tenido buena memoria. Cuando me echaron del tren en Zaragoza fui a la policía que amablemente me ayudo a llegar al consulado. Allí conseguí un pasaporte nuevo y contactar con mi banco. Me comunicaron que en efecto había sido desplumado, ¿podría ser peor?, sí, claro, como desoí los consejos de mis papas no tenía ningún tipo de seguro.
De aquí ya intuís como he acabado trabajando en La Caixa de limpiador, buscando en infojobs.com fue lo único que encontré. Y como necesitaba el dinero pues no lo pude rechazar. Ahora estoy en la más completa pobreza y ni siquiera me puedo comprar ropa en las rebajas de El Corte Inglés.
¡Ah!, por cierto, ¿os comenté que mi amada era una oveja negra?

FIN


Bueno esto es todo, me he alargado un poquito, pero las últimas palabras eran complicadas de meter. Y no he escrito los diálogos por no extenderme... menos mal. Espero vuestras colaboraciones. Saludos

1 comentario:

Fer dijo...

- Clodoaldo, búscame en las Páginas Amarillas el teléfono de La Caixa.
- Lo tengo, ¿y ahora?
- Pues Marca.
- Ya está marcado.
Cogí el móvil con esa chulería tan habitual en nuestra ancestral Iberia y, mientras aguardaba a ser atendido, reparé en El Corte Inglés de mi elegante traje de Segundamano.
Nada más descolgar el aparato, tronó mi bronca inmisericorde.
- Sé que eres un maldito subcontratado por los manguis de Infojobs, pero El Mundo está lleno de pringaos como tú. ¡Ponme con tu jefe!
- ... permanezca a la espera, todas nuestras líneas patatín patatán...
- ¡Ikeasco me dan estos mensajitos pregrabados y bajados del Emule! ¡Son más grimosos que las tardes de Telecinco!
Alguien, por fin, se dignó a hablar conmigo. Lo hizo como si se tratara de la voz del Gran Hermano, grave, lenta y bien modulada... pero en catalán.
- ¡Exijo un traductor, un helicóptero a la salida y un maletín de billetes de quinientos no numerados consecutivamente!
- Pero es que usted -me dijeron ya en castellano- ha llamado a la centralita de Cataluña.
- ¡Pues tráteme bien, porque si no llamaré a los de Renfe cercanías!
Fue como si le mentase al coco. El catalán accedió a todos mis deseos y, en vez de detallarme el porqué de tantos gastos de Clodoaldo en líneas de 806, me envió el susodicho maletín.
Con el dinero, qué menos, y mis artes de dandy (más lo primero que lo segundo) seduje a las mozas de RBD. Ahora vivimos en una isla desierta, con Elvis actuando para nosotros cada noche y Marilyn preparándonos sus afamadas mollejas de lagarto.
Y a Clodoaldo le pueden ir dando si llama al 806. Total, si siempre fue un pajillero consumado...